La comunidad de Pachoj en Guatemala se encuentra a 24 kilómetros del pueblo más cercano y es difícil llegar a ella. En la temporada de lluvias, la caminata hasta este pequeño pueblo puede incluir más de un kilómetro a lo largo de caminos fangosos que a menudo se vuelven intransitables para los automóviles. Debido a que el acceso al pueblo es tan difícil, Pachoj carece de servicios básicos como agua potable, saneamiento y electricidad.
A pesar de esta falta de infraestructura, un miembro de la comunidad estaba decidido a fundar una escuela en Pachoj. Y cuando Cristian Misael López comenzó a trabajar con la agencia de desarrollo local de Guatemala para construir aulas para sus 37 estudiantes en 2016, también se aseguró de priorizar las instalaciones de agua y saneamiento.
“Antes de la construcción de las instalaciones de agua y saneamiento, los niños defecaban al aire libre”, afirma Cristian. “Consumían agua contaminada y no cuidaban su higiene”.
Cristian trabajó con Water For People y una agencia de desarrollo local para cambiar estas realidades para sus estudiantes. Su pequeña escuela pudo construir sanitarios y estaciones para lavarse las manos, así como aprender a tratar las aguas residuales. Pero tan importante como estas nuevas instalaciones fue el plan de estudios que Cristian y otros profesores incorporaron para asegurarse de que los estudiantes comprendieran la importancia de utilizar las instalaciones.

“Con la formación que nos brindaron nos enseñaron a abordar la educación en higiene de una forma lúdica, innovadora y creativa”, comenta Cristian.
Uno de los métodos que utiliza la escuela es el Rincón de la Higiene, un lugar en cada aula dedicado a aprender sobre prácticas de higiene saludables.
Los Rincones de la Higiene incluyen recursos destinados a recordar a los estudiantes la importancia de los hábitos de higiene. Además de guardar cepillos de dientes, jabón, toallas y cortaúñas, los rincones incluyen una rueda de higiene que tiene dibujos de hábitos de higiene: lavarse las manos, cepillarse los dientes, peinarse, cortarse las uñas y más. Varios días a la semana, el maestro les pide a los estudiantes que hagan girar la rueda para determinar qué hábito de higiene abordarán en clase ese día.
“Con los Rincones de Higiene hemos ayudado a mejorar la higiene de los alumnos, lo que ha mejorado su autoestima e incluso les ha ayudado a evitar el bullying”, comenta Cristian.
Cristian dice que las nuevas instalaciones han disminuido las ausencias en la escuela y los estudiantes rápidamente comenzaron a asistir a la escuela con mejores hábitos de higiene, como lavarse las manos antes de comer y después de usar el baño.

Marta es una alumna de quinto grado de la escuela y, aunque le da vergüenza hablar, está segura del impacto de los cambios en su escuela. "Me gusta mucho cómo está mi escuela ahora. He aprendido a usar el baño, a mantenerme limpia y por qué es importante lavarse las manos", dice. Antes, Marta dice que a menudo tenía dolor de estómago por beber agua contaminada, pero ahora los dolores de estómago han desaparecido.
"Hablo con mi madre sobre todas estas cosas que pasan en la escuela y las cosas que nos enseñan los profesores", dice Marta. Esto ha llevado a su madre a practicar también hábitos de higiene más seguros, como usar el inodoro de la casa y hervir el agua para asegurarse de que sea segura para beber.
"Antes no me gustaba tanto la escuela", dice Marta. "Ahora me siento feliz porque se ve bien y está muy limpia".
Incluso en los rincones más remotos y de difícil acceso de Guatemala, estudiantes como Marta ahora pueden contar con acceso a agua y saneamiento confiables, y están promoviendo la importancia de estos nuevos servicios entre sus familias y su comunidad, ayudando a garantizar que el agua y el saneamiento estén disponibles y sean utilizados para siempre.