Angel, Elizabeth y Sylvia son una fuerza triple en la promoción de la higiene en su escuela en Blantyre, Malawi. Las niñas son trillizas y todas están en el club de higiene de la escuela.
"El agua es importante porque nos ayuda a mantener nuestro cuerpo sano", comenta Angel. Su hermana Sylvia añade: "Un mejor saneamiento también ayuda a prevenir la propagación de enfermedades. Si estamos enfermos, no podemos ir a la escuela".
Antes de que se instalaran las instalaciones mejoradas de agua y saneamiento en la escuela, los estudiantes tenían que hacer largas colas para utilizar los dos baños. Como los trillizos viven a 400 metros de la escuela, normalmente volvían a casa andando cuando necesitaban usar el baño, pero eso les obligaba a ausentarse de las clases.
"Ahora los estudiantes no pierden clases por tener que ir a casa a usar el baño o a beber agua", dice Elizabeth.

Como miembros del club de higiene escolar, las niñas son responsables de enseñar a otros estudiantes sobre higiene. Sylvia dice que alientan a los estudiantes a que vayan a casa y enseñen a sus familias sobre los mismos temas. Ella y sus hermanas han estado compartiendo con sus padres sobre la importancia de lavarse las manos con jabón antes de comer.
“Al principio nuestros padres se reían, pero ahora saben que vamos en serio”, cuenta Elizabeth. “¡Ahora siempre se lavan las manos antes de comer!”
Una de las actividades que coordina el club de saneamiento se denomina Copa Mundial del Retrete, un juego con temática de fútbol que refuerza lo que los estudiantes aprenden sobre higiene, agua y saneamiento. El club quiere que el aprendizaje sobre estos temas sea lo más divertido y atractivo posible para los estudiantes.

La educación escolar sobre higiene también incluye hablar sobre el manejo de la higiene menstrual.
"Antes, fingía que me dolía la cabeza y no iba a la escuela durante la menstruación", cuenta Sylvia. "Eso me hacía faltar a clase tres días al mes".
Ahora la escuela proporciona a las niñas compresas, analgésicos, asesoramiento por parte de maestras y un vestuario. Sylvia dice que estos recursos han permitido que las niñas asistan a la escuela mientras tienen el período y, en general, las estudiantes se sienten más cómodas hablando sobre la menstruación".
Tener acceso a agua potable y servicios de saneamiento ha mejorado drásticamente la vida de Angel, Elizabeth y Sylvia. Poder seguir estudiando les ayuda a soñar en grande para su futuro.
Sylvia dice que quiere ser científica para poder resolver diversos problemas técnicos en Malawi. Angel quiere ser enfermera, principalmente para poder ayudar a las mujeres en áreas rurales que enfrentan complicaciones en el parto debido a que hay muy pocas enfermeras calificadas. Y Elizabeth quiere ser médica cirujana. Ella ve a muchos malauíes irse al extranjero para hacerse cirugías que son muy caras, y quiere tener su propia clínica de salud y ayudar a la gente de su propio país.
Sin duda, estas niñas dejarán una huella en su país, empezando por la forma en que promueven el agua potable, el saneamiento y la higiene en su escuela.
